Por el huerto... x mis cadáveres de futuro andan sueltos comiendo de cualquier hierba. Hortalizas de labranza abandonadas por el terco recolector ahora metido a fariseo... Con la tierra recién regada -de la sabiduría propia del homo sapiens- van dejando huellas losas/zuecos de tarquín donde te sumerges y no te sueltan... Hundido más allá de los tobillos casi hasta las rodillas/ filo de las botas/katiuskas ya no me puedo mover. Malabarista, mestizo de hambres... me estiro/comprimo y descalzo como una lombriz para despegarme. Y es justo en ese punto cuando me vuelvo hasta más natural/ sencillo, simpático, cordial y amable paranoico/para nada y para todo... Es cuando me parezco a mí que me convierto en otro cadáver, preso pero algo más real y funcional... Pues me veo como a un esqueleto en su jaula/ con persona incluida etiquetado, listo para el trasbordo/abordaje traslado al mundo de los espíritus de la mano/hasta el ojo del triangulo del Señor... Es cuando empiezo a gustarme a tope/ a salivar/destilar veneno por los cuatro puntos cardinales poros de la piel... Y desde mi aliento fétido, como el de un dragón que se hubiera comido un cerdo podrido; despega mi alma hacia el cielo/ ciclo de la reprodución asistida/ reencarnación necesaria programada -junto a mis otros numerosos "yo"- en busca de la perfección. Mientras observo -como buen samaritano navegante- el cuerpo de la naturaleza desde la misma altura/ gestación que yo me voy imponiendo en la posición de siempre -en automático- ante esa foto fija seductora, que no cesa/ -la muerte- abierta de piernas ante mí. Porque yo soy un poco raro al interpretar el día a día... -¡Sí... y un poco lila también!
Etiqueta: esqueleto
Hay un espacio no identificado
Hay un espacio no identificado xx hasta que te desnudas y me miras con la bala entre los dientes... Con ese sabor a pólvora mojada y de su metal dulce satinando/salivando en riadas a mil leguas de las circunstancias/circunferencia de la órbita de nuestra ex galaxia... Goteando miel por sus poros, cientos de rayos de la esfera del espejo de discoteca nos dan la bienvenida en cada momento... Combinando/cambiando de baile el flujo de la respiración por las dos vertientes de la curvatura de un relámpago que busca de nuestro cuerpo su pararrayos, la playa/ espada con la que se dará muerte. ¿Qué somos...? Si no dos armarios llenos de carcoma, rebosantes de rencor por los cuatro costados, con sus montoncitos de polvo/ escombreras de la mina de nuestros corazones y de su dibujo olvidados ya roto. Nada más que un adiós sin beso ni misericordia...