Que echen a rodar nuestras cabezas xx+ -cortadas a temprana edad-. Lancémonos en peregrinación/persecución cuan balones fueran... -y juguemos con ellas- como si nunca hubieran tenido vista/oído/ olfato.../ ni cuerpo...! Dejemos volar la imaginación del dragón dormido/ -de su interior- del conjunto de la estatua de bronce en lo alto del edificio/esqueleto/azotea... Dejémosle soñar para cuando despierte otra vez buscando donde caerse muerto. Levantemos con fuerza la tapa de nuestro sepulcro y arremetamos con ella al gentío.../ -cortejo fúnebre en retirada-. Aplastemos con la voz de nuestro nombre la cucaracha de vida mundana/ insana...! de la que nos hemos ido alimentando día a día. Para volver.../ y descansar para siempre en un lugar apartado/ -cautivos pero con honra-. Donde los malos hierbajos no enturbien nuestra mirada al incorporarnos por última vez a contemplar la tierra... Un momento... Si miras.../ -y te fijas en el segundero con atención- el tiempo parece que se detiene. ¡A que sí...!? -¡Eh! Que hemos llegado... ¡Ya está bien por hoy! Pues/eso... /otro beso con queso. -¡Qué besucón eres.../fantasma!
