¿Te acuerdas cómo te liabas xx? con el cordón umbilical... y dabas vueltas y más vueltas en la placenta/líquido/saco amniótico. Ensayando como un astronauta -tú tan contento para el circo de después-? Al nacer no partimos de cero ...también debe/cuenta el tiempo que pasamos atados, navegando enchufados a la centrifugadora de mamá/ gestación. Amábilis insania (“Una agradable desilusión.”) P.D. Se nos olvida el otro corazón con el que latimos durante algún tiempo, -su cuerpo...- tan familiar. El timbre/señuelo de la voz. Los movimientos más asiduos durante todos y cada uno de los días que pasamos encerrados en el cuarto oscuro/ Esa galaxia llena de luz sólo en el interior de nuestros ojos cerrados/de rana. Esa figura de cera indefensa... Nuestra cabezota de gigante liliputiense lo intentaba -poner orden al vacío en el que flotábamos- Caminábamos en otra gravedad. Nunca volveremos a tener una oportunidad parecida salvo la del viaje final/ despegando del todo/ esta vez sin amarras ni ayuda para soltarnos... Nos habremos gastado/deteriorado del uso... y así partiremos evolucionados en el seno abierto de la tierra. Y de nuestra cuna/fábrica de sueños nunca más se supo... salvo la mano que la mece por las fotos de la memoria -que también será enterrada con todo lo demás-. Lo que una vez se gestó morirá para siempre. Lo que no era vuelve con él. Pero mamá fue de verdad y, creo que yo.../ no sé¿?
