Cuando destrozado x tragas el aire caldeado/modulado de la furia que te zurra a destajo con las ganas que no tenías en aquel mezquino momento foráneo... Se amasan los nervios con la sangre/ hueles a podrido en los ríos de la carne. Te agotas fondeado en el recodo de cada instante, hasta perecer ahogado en las trombas del desgaste. Todo te dice que no puedes más y lo intentas de nuevo... una y otra vez/ sin rendirte, sin abandonar lo que nunca debiste o no empezar... Es cuando llegas a ninguna parte y sólo tú sabes lo que ignoras. Tus preguntas se quedan escritas con el dedo corazón en el vaho/ púbis del cristal gélido en las fábricas/factorías calientes de la vida, dejando pasar la luz a través de su dibujo hasta el interior de tu cuarto/ cadena de montaje cuyos robots te lo agradecen por las sombras que gravitan. Porque, cuando te zambulles en esa cómoda compota esquivando cubrir el acto virgen que te invitaba a la fiesta -sin empalmarte/sin violarlo en una micra de segundo fratricida- Es mejor que sigas dormido para siempre, sin resistirte en los trastes de tu guillotina de juguete/de pacotilla -gallina clueca de tu sin vida-. P.D. Para matar el tiempo vale todo... incluso no hacer nada.