Nunca dejaré de arrepentirme x de tantas calaveras pestosas/patosas y aburridas vestidas con carnes, trajes opulentos/apuestas, dejé pasar colina arriba/desfiladero. Hacia el sembrado desguarnecido -masa gris-, sin espantapájaros, perro guardián ni oca... Produce un dolor/olor a rancio que escuece en el glaciar del lagrimal igual que te seduce su deshielo... Te pudre/te da mordisquitos como los peces de la playa a poca profundidad reptando desde los tiempos más remotos recapitulando el subjuntivo del ser. Beso con sabor a la tierra de dentro. Sal harinosa, baba seca en los labios que se pega agrietada/atrincherando barrenando, lisiado el músculo del habla en esa enfermedad de prisas/cortejo donde no se puede acabar bien... Llaga llena de sanguijuelas que a tientas apenas palpo en el fondo de la charca/brazal... Apagando la vela de la oscuridad que aún persigo/rastreo en esta caja de madera donde descanso como un fauno distraído, travieso que se quedó dormido en el bosque. Quemado/ardido, volatizado explosionado/devorado por los gusanos... Un cuerpo siempre es responsabilidad de su dueño y jefe en la respuesta/apuesta final de un calvario germinado en cruz... -Ya no te queda sitio (overbooking) en el monte Gólgota con tantos yoes que llevas crucificados... Pues me voy a la Península del Sinaí (pubis entre los muslos de África y Asía Menor) y verás como en seis días la conquisto/ es todo mía...