Tanto corre la angustia

Tanto corre la angustia        x?
a través de las avenidas tortuosas
del recinto inconcebido,
que dentro del más callado suspiro
recogen entre sus brazos
las animadas ganas
de días perdidos.

Y por las aceras del barrio incierto
del caprichoso desatino,
se arquean en sus senos
impasibles atributos.
Declinando en la mollera
eso que nunca supieron
hacer fino...

P.D.
La incertidumbre nos abraza
con sus tentáculos de pulpo,
apoya sus ventosas en nuestra piel
sorbiendo la sangre
y nos deja moratones...
como minas en un campo de batalla.

Somos del cuerpo de la muerte/
su corazón macerado en tierra,
...y de la eternidad su duda en vilo/ viva.
¿Qué más da... acertar o no;
si al final todo va/acabar en el mismo sitio...?


Suspiran los gozos

Suspiran los gozos            xx
por el aire que dejamos pasar
entre tu cuerpo y el mío.
Se agotan con la imagen partida
del respetuoso decoro,
cáñamo que no ardía.

Se quejan llorosos
por no haber encontrado cobijo
en las crónicas de la carne.
Se flagelan con la luz encendida
sobre el papel apuntillado
en la esquina de la mesilla.

Se derraman en la sangre
con borbotones cobardes
por no haberte dado
un solo beso palpable.

Te miré/te deseé, caminé junto a ti,
y hoy descubro a la sombra de este cáliz
que no tuve tino en dejarme ir.

Recuerdo tus gestos/tus manos,
tus ropas, tus brazos,
como andabas, tus piernas...
como mirabas, como olías,
que callabas/que decías,
como te ibas, como volvías,
siempre a mí... día tras día,
desde tu casa.
Y yo higuera de rambla,
solo, me moría.

Te dejé ilesa, cumplida y coqueta,
como llegabas a la cita de casta traviesa...
por el camino de tierra que lleva al río,
donde ahora me ahogo de tanto desatino.

Así, me debato entre juegos de profeta,
sentado en la más cómoda butaca.
Y en cada cuadrícula de tu ayer,
te poseo y me mutilo
de ventrículo a diafragma,
del Espíritu Santo/al fondo de mi alma.

Nunca podré volver y recomponer ese puzle,
porque lo que pasó... pasa.
Sólo puede uno disculparse,
pues cometí la peor de las faltas.
Ese no era yo/no estaba,
era un pobre fantasma.