Por una noche que sentí frío, x creé el invierno. Por una racha de alegrías, el cielo. Qué cianuro cortejo en el templo donde ahora rezo. Punto de encuentro entre mi alma y mi pecho. P.D. El cuerpo sataniza las ideas el corazón se hunde en la carne la vida navega sin rumbo en un mar de penas... El desasosiego es el fiel de la balanza una lanza/espada que nos atraviesa de un lado a otro hasta matarnos. Somos la sangre divina derramada/ desterrada de un espíritu en el cáliz de la esperanza. Una mancha en el templo que envenena mientras amándolo se sacrifica. Nunca nada dio para tan poco. Morir, vivir... y la semilla/ todos en el mismo lecho de muerte rezando por una salvación como excusa de vida... Somos una vez más la risa/ esperpento de las estrellas; los comediantes del Universo, las brujas de la noche más oscura en su legado-letargo cautivos/ Un cacho del ridículo e inóspito silencio de la soledad promiscua prometida... Viajamos en la estela de un cometa trazando un borrón en el cielo de su eternidad incomprensible/inconclusa dando vueltas... como el aro en la cintura de un zagal en el patio del colegio. -Alguna vez sabremos el verdadero alcance de la dimensión de nuestra mentira-.