Luciérnagas silenciosas x+ juguetean al escondite entre las matas... dejando ver en la oscuridad su falda verde esperanza. Grillos irreverentes atronan frotando sus patas, derramando júbilo entre las brozas y cañas. Las ranas croan en carnal semejanza entre chasquidos y silencios que las asusta como delatan. Mientras que la senda mojada de relente remonta con su humedad mis sandalias. De pronto, una sombra en la tapia me hace huir a la misma velocidad que me atrapa. Y lanzado al borde del estupor convulsionado como una guitarra guancha, tiemblo aplacado en esa espuma “pasmao” del miedo que me atenaza. Con el valor de cien quijotes siembro de pisadas feroces la senda de hilos de plata, hasta aplasto algunos caracoles/ a cualquier criatura noctambula, voy acelerado, con prisas, sin contemplanzas. Al loro... unos perros avisan de mi llegada, el cañizo, una estaca, la curva, una ligera cuesta la puerta de mi casa. Por fin, respiro tranquilo en la paz de esta plaza.
Etiqueta: caracoles
Noto como tiemblan mis pies bajo tus pasos
Noto como tiemblan mis pies bajo tus pasos, x antes de que llegues ya te siento como si no quisieras molestar. Pero el filo/mango de este cuchillo están por abrirle una zanja mayor al destino hacia ese túnel que te haga volar de mi mano a sus entrañas. Que se compriman desgajando/descarnadas en ese dulce sosiego la tensión/dolor que ya no soportan… Cruje la columna de tablas del puente colgante cada vez que vienes y lo cruzas, te espero estirado a ambos lados del campo de batalla y la de rosas llenas de rocío que no aguantaban más dejando caer uno a uno sus pétalos... La curva/desniveles de tu piel con su máscara de afrodita despeinada y los gestos que se mudan de escena en función de esta representación que observo desde la primera butaca son de lo mejor de este lado del mundo... Y bajas y te sientas otra vez encima para empezar de nuevo el viaje/viraje... Giras, te subes a la noria mareada por el vértigo que se alimenta de ti y de los dos patinadores resueltos en el parque/palacio de hielo que se raya enebrando los crujidos/ truenos y rayos de la tormenta abofeteando al cálido silencio... Nos enganchamos una vez más del mismo sitio, como los caracoles en primavera, buscando si es que quedaba algún resquicio para desentumecer/encender/desprender la pólvora de su mecha... Lenta letanía/ credo insobornable metamorfoseándose que no entiende de otra cosa que no sea llegar lo antes posible al Edén. Pero de diferentes formas/manera hasta agotar las ganas de preferir el sueño, el comer o de echar un cigarro sin antes ladearnos cada uno hacia su precipicio/principito azul degustando el vuelo de las abejas/avispas fatigadas que han dejado de libar. Aguijones cuya herida/picor insensibles descansan con su gusto en medio de los dos. Verdad que sí cariño? -¡Cómo dices...! Anda ven y déjate de rollos... que siempre estás escribiendo. A ver si te fijas, te centras más/mejor en lo que haces...