Y entre todo ello... apareciste tú, x?. como un campo de minas/espigas doblegado el talle por el peso de su fruto al que voy a cortar/segar, -o al menos eso intento-. Cuando lo recorra.../sus crestas puntiagudas cosquillearan las líneas de mi mano/amo -como en Gladiator- guiadas por las ramblas de los jeroglíficos de la corteza celeste de las ganas/fortuna, rozando cada sima de la edificabilidad indivisible de nuestros cuerpos con gritos de aleluya... -si antes no ha explotado alguna razón de peso y lo dejemos para otra ocasión-. Todo esto es sólo un juego de palabras trampa para el imbécil/idiota del turno de noche, vampiro de la ilusión... mendigo colgado/abocado al camión de las basuras del día, sin temor al guante ejecutor del operario que no le quita ojo ni le queda más remedio que apretar tu botón para cargarlo/echarlo hasta el robot triturador/ de nuestro maldito juego de tronos, egos... empalmados. Aún a riesgo de que salte por los aires/ romper la maquinaria del amor. No me tomes demasiado en serio ni en broma, -mi cielo- y disfruta como las olas del mar que se tienden a lo largo y ancho de la playa al llegar a la arena/ cota/costa de nuestros cueerpos... Ya sé que eres ajena a todo esto, -ni siquiera me reconoces- por eso lo hago... y te lo cuento/digo así, de esta manera/marea que no cesa. Diviértete igual/o a la par que yo lo intento aunque todavía no sepas de qué va/ -ni se trata todo esto...- La vida siempre emite/admite nuevas soluciones/ prueba¿¡! -¿Estás ligando? No, estoy dando vueltas entre las sábanas. ¡Cariño!
Etiqueta: broma
Suda el sexo sus pesares,
Suda el sexo sus pesares, x? muere gozosa la vigilia... en dos salvas de broma, en dos “hartás” de mentiras. -Quisiera renunciar a ser hombre-. “La maté porque era mía”. Estaba yo, con las tripas revueltas, badajo “ahogao”, en agonía. Sobre la celosía de melaza, pandereta en mano blandía. Hervía en sazón adobado por las brisas salinas aliñando en ardores blusón embutido en puro macho cabrío. Y de pronto... sentí un vacío, el que te quita la savia y te saca de quicio, el que te grapa los morros al entresijo/ el que te acuna la chicharra en el matorralico. Ahora el cuerpo descosido de bramidos, se cobija en tres cuartos de ñora, ...en el alborotado rescoldo de su nido de avispas. Tu flagelada magnolia todavía “hinchá”/medio dormida... pide indulto a la autoridad, y te dan opción a otra corrida, allá por navidad, cuando se olviden de la vista. -Demasiados fallos... -en ese aparato tuyo- ¡Eso digo yo!