Dejemos que el día x escape a nuestro control... al de los periódicos al del hombre del tiempo al horario obstinado/ obtuso en ser obedecido. Dejemos que el día escampe. Dejemos algunos momentos vagos vagabundear como pobres sin destino en la cola de la beneficencia. Esperemos la buena nueva desde otro sitio, al otro lado/ desde la acera de enfrente donde no mane ese hedor rancio ha gastado/ ha usado... Dejemos que sea él mismo... -sin terquedad/sin absolutismos-. Dejemos que se deslice por el tobogán de su propia muerte.