Si una de tus palabras vuela xx con la más leve esperanza de quebrantar cualquier morada y en silencio la requisas reduciéndola a la nada... Si recoges en el cuenco de tu mano las esencias más íntimas de la madre naturaleza y las enseñas y compartes con aquellos que la confinan y atropellan. Si logras desmoronar hoja por hoja el frondoso árbol del sueño... Si una mirada te produce mil emociones y una a una la saboreas y quieres con gana. Si modelas con tus manos el barro de tu cerebro en cuando más cocido está ni siquiera te consideras alfarero. Si el silencio es tu guardián, la soledad tu aliada, la noche tu compañera, y el alba tu almohada... Si consigues que tu imagen sea por siempre la identidad de tu espíritu, puede que entonces... -en esta tierra- además de polvo/ cries plantes algún matujo.