Andan los demonios

Andan los demonios          xx
capando angelitos por el cielo...
Los cuelgan de un banco de madera,
les sujetan el hocico y las alas
les levantan los faldones,
les agarran de las piernas/sandalia
atando cada una a un lado de la escalera
tirando de la bolsa del escroto
y ¡zas!
Con un certero corte recolector
acaban de un tajo
sobre las dudas que pudiera existir
respecto a su sexualidad/vicios/género...

Alegan en su defensa los infractores/
dueños/principiantes/príncipes del diablo,
ilegitimados vengadores.
Dicen...
que no les hace falta,
entretenidos como están
con tanto jueguecito/revuelo/mariconeo
por los jardines 
de la bóveda celeste...

A ver si toman vuelo alto y se alejan/
dejando de una vez y por todas
en paz a los suyos/su presa propicia/
preferida
sus corderos...

Ya que el Buen Pastor
también pasa de ellos, y parece
que anda liado en otra corte/orden de cosas/
otros suculentos.../jugosos menesteres.
-Pedir la dádiva en el intermedio/interludio 
en la Santa Homilía del Angelus
en la Basílica de San Pedro-

-¡Así vamos todos...! De culo y cuesta arriba,
como Sísifo y la hormiga; 
rodando la bola...

Me dedico

Me dedico a crispar emociones...       xxx
Hago matanzas del hoy
con el mañana del ayer.
Las voy colgando como perniles
-en el cañizo del cielo raso-
donde las ratas
se pelean con los angelitos
mientras hacen equilibrios
por el alambre.

Dan vida a unas imágenes
inconclusas
en la penumbra de la sala
cruzada por unos ojos/haz de luz
que las clava como mariposas
en el yeso de la pared.

Hay piezas
con cierto matiz siniestro
por su exposición al mayor peso
-bajo los montones de sal-
entre las maderas del cajón.
Otras zonas con pimentón...
que aliña el sebo blando
entre los huesos salientes
de las carnes magras.

Reflujo/reconducción/anatomía
de una memoria enquistada...
Suburbios del ánimo
en manos de unos dedos apretando/
escurriendo la última gota de sangre
del corazón del éter
atravesado por la lanza del romano.