Te quiero…

Te quiero...          xx
y poseído por tus encantos
me embarco, navego y naufrago.
Y todo eso en tres veces que te miro.

Me aparto, me voy,
vuelvo y te encuentro.
Y otra vez, agazapado, te acecho.
Cierro los ojos y embriagado de ti
me atormento...

Te susurro en el silencio de mi soledad
cosas atrevidas, hasta despertar...
Y cuando te tengo,
eres sólo una sombra por realizar.
Cal y canto de mi ansiedad.





Como el cubo

Como el cubo de aljibe       x
me doy un panzazo
o un culazo.
Me voy hundiendo lento/
muy lento.
Sin nadie que me tire...

Me voy bajo/muy bajo,
hasta el fondo.
Oculto tras el espejo de la superficie
atravesado por el cordel
cada vez más tenso...

No digo nada;
espero agazapado
mientras me ahogo en el sosiego/
hedor húmedo
de las paredes de la asfixia
que te respiran.

Ombligo/pozo/hoyo del mundo/
tierra que no mitiga mi sed...

Puedes esperar

Puedes esperar en la lucha/     xx
puedes ser un guerrero valiente
agazapado detrás de un árbol,
de una rosa,
o en el fondo del mar...

Pero has de salir
y demostrar/demostrarte
que mereció la pena
todo el tiempo que se perdió/
que empleaste  ciegamente
en ese mano a mano...
-con la insaciable/insondable 
cotidianidad de una relación-.
          
Húndete en la sima/-pozo de sus ojos-
para devolverle la mirada por igual.
Si consigues salir a flote...
es que no era
lo suficiente-mente profunda.