Cuando se rompen las palabras

Cuando se rompen las palabras          x
en las caras vecinas...
con esa idea que cuesta
la mitad de dos la dicha.

Cuando adquieren volumen
en el reposado estuche,
batido a golpes de legón
en su cuna vírgenes...

Cuando se aviva la flama
con el soplete en la garganta,
chamuscando la fina piel de sapo
donde yacen tus agallas.

Entonces...
Emergen fumarolas de ardor
tabicando el retrete de tus ansias,
con la bomba atómica colgada
de tu cuello quijote panza.

Ya tu voz, es un mendrugo, puro galipote
en la arena de cualquier playa,
donde no hay ni Dios que rece por ti.

P.D.
El que mejor puede hacer algo
es el propietario de la idea.
Es el único capaz de ajustar
el acto, acción y tiempo
sin posibilidad de error.
-Es suya...
y hace con ella lo que quiere-.





Sabuesos de luto obstinado

Sabuesos de luto obstinado           x?  
brillan como yugos en el plenilunio,
ahuyentando al lucero silvestre
con sólo uno de sus aullidos.

Sus destellos son bocinas
sin eco ni gravidez,
colgados de las cruces de su talle,
fermento noble de tez.

Cinturones de algas danzan con júbilo
anillando la lámpara trémula del mar
en un intento de socavar el vaho tímido
que hace trizas 
la cúpula delicada del amanecer.

Ávida se fuga la luna,
dejando naufragar
la espesa melena de volutas
y cuajando cada vértice
en la harina de la brisa.
Evoca sutil su marcha
como pasto milagroso
de vaso en viruta.

Así, el buzo del ocaso
se exprime en este duelo suicida
y, entre escombros de rocío y arena,
el alambre volátil de su caracola
asfixia en la espiral su tumbo
en el renacer del día.