Tres imágenes x un sonido/ dos soplos... Se marcha la luna y sigo a oscuras. Que claridad más esperada amiga mañana que hoy no quieres que me vaya.
Categoría: Primera etapa (1973-1982): Memorias encontradas en el otoño de un idiota
Desearía hacer un desastre…
Desearía hacer un desastre... x -romper mi cuerpo- Desgarrar la vida cerrada en tantas cosas que son y que no pueden ser. Desearía cogerme a una farola embriagado de deseos y alcohol y saborear su luz a una hora en que no cuenten los segundos... teniendo un infinito para ese dolor. Desearía voltear la vieja gloria de ese querer que se cierra sin poder ser... De ese enjambre de tensiones por nostalgias vividas de una sola vez. Desearía... saboreando un buen Ducados/ o un Mini Alvaro seguir conmigo/abrazado a mi yo, -esas puñetas de enano- para acampar con una pose certera... vagando hacia el paisaje indescifrable de definirme como algo.
Quiero hundir
Quiero hundir x con las manos podridas las miserables teclas... y cabalgando sobre sus crestas recorrer sus escondrijos entre mayúsculas y espacios malditos. Quiero hundir con las manos podridas las miserables teclas... apartando, uno tras otro, el pausado silbido ese rechinar de engranajes, rebuzno cumplido. Quiero hundir con las manos podridas las miserables techas para dar con la tinta en la cara del imbécil cilindro y no teniendo tino, borrar lo no escrito.
Para cuando todo
Para cuando todo sea del agrado de uno... x? no quedará nada en el Universo. La razón, el habla y la vista, junto con el oído, habremos perdido. Y refugiados en las hornacinas de cemento o simplemente rociados de fuerza, estaremos abrasados por el aire o clavados en el aliento de una bomba. Más tarde... -acaso seremos- una gota de agua, sudor o llanto de la tierra que hoy nos soporta.
Huyen las olas
Huyen las olas x que la arena devora en continuos aletazos desplegados en zozobra... entre babeantes suspiros sin honra. Desarbolando el casto relicario con pregones de perpetua atonía que dejan en cueros vivos a la luz vidriada que las poseía. Hasta que se apaga el llanto en bonanza con la pueril brida de la azacaya, esa que siega y empapa la meseta que antes palpitaba.
Cuando se marchitan…
Cuando se marchitan... x+ los finos pétalos del honor, ensombrecidos por la capa del despecho, se quedan inutilizados los ungüentos y muerden su cólera los harapientos. Ya todo se olvida, nada permanece. La habitual discordia anida en la mente... La sangre está en huelga, el cuerpo está ausente. Ya la descomunal discordia bate sus alas rotas sobre los sombreros negros, engalanados por el brillo sereno que les da el sol y el cielo. Y no son nada más... que tapas de ollas cociendo muertos.
Sólidas porcelanas
Sólidas porcelanas x? con sus culos chocan entre los demás cubiertos, buscando en la mesa su guiso/su condimento. Y lanzadas, hasta perecer en el intento, estrujan el tejido del mantel contra su pecho. Mientras tanto... el fregadero atento, espera rozar sus senos con la brisa del jabón y el estropajo de acero.
Si paseas
Si paseas sobre nubes grises x? de cielos nublados y no sale el sol... ya verás a la fría realidad, que en mesa sin cubiertos te han de dar. Y si quieres abrazarte a algo que amas de verdad, verás cómo te engaña y lo perderás. Porque todo cambia, nada vale ya, todo es relativo, sigue siendo frialdad. Todo se marcha a un ¿qué será...? y no puedes sujetarte a nada más. Y entonces... te ves obligado a vivir como los demás; con indiferencia y falsedad.
Rebosa la espuma el cemento
Rebosa la espuma el cemento x? que acordonan las aguas mansas ocultando en su interior la garganta que las lanzan. Es agua de fuerza y luz, de capa y espada que con sus minúsculas gotas tejen cortinas aladas. Hueles a humedad fresca, tragas saliva templada, hasta flotas en sus pompas sobre las losetas mojadas. Partiéndote el esternón, -si te descuidas...-, en el filo de su balaustrada.
Grandioso grito
Grandioso grito xx sordo como mudo... que me dejas extasiado a cinco instantes, de saborear tu decir. Quisiera comerme en cuatro partes la ilusión de volver a esos hermosos días. Todo pasa... y llega uno a sentirse como ropa usada, tendida en pobres alambres oxidados por el tiempo.