El camino que elegimos

El camino que elegimos           xxx
nos elige/ y nos conduce a todas partes.
 ¿Es un dilema...?  
-¡Qué más da! ¿A quién le importa?

Lo agarré/lo arranqué del suelo, 
lo tomé en mis brazos
y lo acuné...
Lloraba desconsolado, compungido como un bebé.
     Ya no hay sitio ni cuna para ti -le dije-
     Y me mordió en la mano 
con sus encías de angelito sin dientes.

Ahora, cada mojón/señal de/ a sus orillas...
-entre las hierbas y el polvo-
me recuerda lo que me hace sangrar –hoy-
de mayor/
Los recientemente aparecidos 
  -cuchillitas de leche de piedra-
                   de las que huyo.

Y me vuelve a morder y no me suelta...
hasta que se queda con algún dedo roto/
-trozo de carne-
como si de un juguete o regalo se tratara.
Mientras se calla y se lo traga 
                   sin rechistar.

Así me va devorando
el camino, la boca del tiempo, 
                  y el niño que me crece
-que no conoce de su amo más que el hambre...-



* Publicado anteriormente 02/05/18