Silbo en el buzón xx a la puerta de tu casa y sólo aparece el animal que tienes atado. Te miro como si me conocieras con esa confianza tonta del novato mientras rebaña el plato esperando que le sirvan más. Me vas poniendo una pesa de plomo en los pies y una boya fluorescente en la cabeza mientras retozas y te acicalas como un pato ansioso/nervioso recién llegado al agua. Tus ojos chispeantes/cegadores desconectándome de la clavija -con la corriente “echá”- me dejan tiritando... entre los pespuntes de un patrón de tizas blancas/de tizas azules. Mientras te espero noto una sensación a calle vacía con adoquines verde gabro quebrantado llena de pompas/espumeantes crestas... procedentes del caldero de cinc vertido con los restos de la fregaza/ -contienda a corto plazo- que se rinden mansamente en la rejilla/rendija del desagüe. Qué sepas... que abierta de piernas o con ellas cruzadas pienso entrar en cuanto me dejes en cuanto te descuides o te canses... -a pies juntillas- Doblando esa esquina/pared que tan bien apuntalas con la quilla de nuestro naufragio. P.D. Somos como dos motores de avioneta de acrobacias/ -ahogados- rayándo el cielo. ¿¡Te has fijado amor...? * Publicado anteriormente 22/ABRIL/18