Con el aro

Con el aro más santo        xx
de la luna blanca
en el azul más negro...
Dislocada por fin la madrugada
tejo la noche reventando estrellas.

Sobre la cabecera
esta bombilla encendida
destilando espejismos...
En las ascuas de sus filamentos
revelo cada sueño
pero su negativo es siempre
la puta realidad.

Su corteza lisa de espejos ciegos
es la sala de despiece.
Laberinto donde me encuentro
y me pierdo.

Sin ningún hilo que seguir
ni del que tirar
-desde donde me encuentre-
que me garantice
un nomo de sapiencia...

Flameado/manteado al cielo
huelo a desencanto/
A carroña podrida
que necesita de algunas especias
para no oler tan mal.

Seco en el campo de las horas
huerto muerto de los días...
con ese sabor a hiel
que todo lo aborrece.
Con este remiendo de piel del mundo
tan grande
que me embute por completo...

Necesitaría un respiro/algún tipo de tregua
para acabar de una vez
con este tormento/alumbramiento...
O quizás haber padecido en el pretérito
una huelga de hambre fetal
y no haber nacido.

5 comentarios sobre “Con el aro

  1. La noche es el refugio de los fantasmas
    que, invisibles, nos persiguen cada día.
    La vida es camino solo cuesta arriba,
    invitando en la puerta está la muerte,
    y, sin siquiera ofrecerle una tregua,
    le daré un fuerte portazo en las narices.
    Un abrazo.

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