Ya no te caigo bien…

Ya no te caigo bien...     xx+  
no estoy a la suficiente profundidad,
lo sé.
La culpa tiene un brillo especial
en el espejo de tus ojos.
Me llevas cogido del brazo
para enseñarme lo mal que lo he hecho/hago
como la “seño”/el “profe” me reñían en el colegio.

Ya no lo hacemos ni bien ni mal,
ni estamos a flote -insuficiente bajo en sentir-
y lo sabemos...
Donde ahora hay un puente antes estaba el barquero,
la maroma, las cañas, la arena del río, los peces, los mosquitos
y algunos patos salvajes.

Me acercas a tu nido del mal humor en un pincho/
nicho de expositor de calamidades.
Nos acercamos al fuego de la pelea/discusión/desilusión
con tanta facilidad/frialdad
igual que el hambre de la lumbre excitada
abofetea/le saca los colores a los mofletes de Heidi.

“Tatu” de figuras geométricas que se acoplan con la bailarina
al ritmo/tacto de las púas/palabras 
con las que bailamos/danzamos...
Cuerda/huecos y pozos/manivela se dan cita en ese saco
salto mortal de nuestra lengua.
Abortando/secuestrando la esencia del real significado
de su contenido...

Decorados, pinturas de guerra, rayas de tizne
del culo de la olla/cabeza
nos adornan bajo los ojos 
en señal de duelo por el peligro inminente...
Aceradas miradas, lanzas que se elevan alto y se clavan
al volver atravesando el cielo/aire por el que huyo 7 veces
como Toni Curtis por las calles de Bagdad...

Tengo una calavera de escayola sombreada con betún
de Judea y otra de plástico –de alguno de mis hijos-
sobre una leja en el estudio donde pinto
y parece/perecen de verdad, como lo que no hago.
Ante las dos me arrodillo antes que contigo,
fiel a mis principios y adúltero entera/mente con los tuyos...

¡Qué sepas
que utilizo la lectura, la música
para ocultar los ruidos que no me interesan!
Con esos auriculares/cascos de encofrador
acoplados a mis orejas de Dumbo.
¡Por si te extrañas de algo, digo!

Antes, los santos/lares
velaban por la armonía del hogar.
Prorrateaban/protegían el negocio de La Santa Unión
y de sus fines/devotos fieles...
Surgidos en el avatar parapléjico terminal del otro mundo
en el que creímos confinados/confiados
confitados tan rica/ciegamente.
Porque no sabíamos nada, ni hasta dónde podía llegar
el asfixie del compromiso, distraídos por las musas
cantos de sirena de Satán con sus faunos y sátiros
al completo...

Ahora con tantas obras de arte abstracto: expresionismo,
surrealismo, aire acondicionado, noticias que se hacen virales,
electrodomésticos, tv5, móvil, correos, playstación4, ordenador
pizzas, pasteles de carne, pinzas de depilar...
¡Pues no hay quién viva!
¡Y así nos va!
Y los whatsapp que se me olvidaba.
O el teléfono del comercial en la siesta...  
¡Qué horror!
-¡Ya te digo...!

¿Al final en qué quedamos?, ¡que me pierdo!
-Creo que en tablas Fisher.
¡Tablas otra vez...!
           ¡Jesús, María y El Niño!

-Algo no encaja...?! 
¡Ya!

 

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